La terapia PRP en medicina veterinaria comienza con la extracción de una muestra de sangre del animal. La extracción de sangre es similar a un examen rutinario o a una donación de sangre. El veterinario extrae una determinada cantidad de sangre de una vena del animal. La cantidad de sangre extraída depende de varios factores, como el tamaño del animal y el uso previsto de la terapia PRP.
Una vez extraída la sangre, se introduce en una centrifugadora especial. La centrifugadora es un dispositivo que permite separar los componentes de la sangre mediante una rotación rápida. Durante la centrifugación, los componentes de la sangre se separan en función de su densidad. Durante este proceso, las plaquetas se acumulan en la parte inferior del tubo de la centrifugadora.
El plasma rico en plaquetas así obtenido se separa suavemente de los demás componentes de la sangre, como los glóbulos rojos y blancos. El plasma rico en plaquetas contiene una mayor concentración de factores de crecimiento, que son importantes para la regeneración de los tejidos y los procesos de cicatrización. Los factores de crecimiento son proteínas que pueden estimular la proliferación celular y promover la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Tras la extracción, el plasma rico en plaquetas puede aplicarse directamente en la zona afectada del animal. Según el tipo de enfermedad o lesión, el plasma rico en plaquetas puede inyectarse directamente en el tejido o aplicarse sobre la piel afectada. En el caso de afecciones ortopédicas, como problemas articulares o roturas de tendones y ligamentos, el plasma suele inyectarse directamente en la articulación o el tendón afectados.
Los factores de crecimiento contenidos en el plasma rico en plaquetas estimulan la proliferación celular y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Esto mejora el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno al tejido, lo que a su vez puede favorecer la curación de las lesiones. Los factores de crecimiento también tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a aliviar la inflamación. Además, pueden favorecer la regeneración del tejido dañado y promover el crecimiento de tejido sano.
El número de tratamientos que necesita un animal puede variar en función del tipo de enfermedad o lesión. En algunos casos, un único tratamiento con PRP puede ser suficiente, mientras que en otros pueden ser necesarios varios tratamientos, espaciados unas semanas. Su veterinario determinará la estrategia de tratamiento óptima en función de la situación específica de su mascota.